El eterno narrador

Todavía sigo sin entender que fue lo que realmente me atrajo a esta noble y sacrificada afición de cuentacuentos, cuyo desempeño necesita de un estudio en soledad para lograr entender unas reglas arbitrarias… Que alguien más «pedante» decidió escribir. Os contaré cómo se forjó un eterno narrador…

Todo se remonta a un punto indeterminado entre 2013 y 2014. Me encontraba en un país extranjero rodeado de adoradores a las barras de pan alargadas y finas. En aquella soledad pasaba los tiempos muertos surfeando las olas de un Internet, que se antoja ya muy lejano.

Fue entonces cuando por azares del destino caí en un canal que publicaba «podcast», cuando ni siquiera existía el término. Este canal grababa sus partidas de rol de mesa para luego compartirlas con Dios sabe quién.

Amor a primera vista

Ser partícipe de una experiencia de narrativa emergente, así como saber que no hay nada escrito y que todo puede llegar, que la imaginación de cada jugador sea el motor del juego… Todo ello me impregnó de una manera que me hizo saber que aquello que estaban haciendo era algo que tenía que vivir.

Eso sí, jugar con la incertidumbre de no saber qué hay detrás de cada puerta, conocer las intenciones de todos los personajes y poder vislumbrar los acontecimientos desde la omnisciencia, era la posición que debía ocupar. La de eterno narrador.

10 años más tarde: el comienzo del eterno narrador

Me encuentro a punto de dirigir la sesión inicial para un grupo de buenos amigos, es su primer contacto con los juegos de rol y debo hacer lo posible para que queden encantados. Pocas veces tienes la ocasión de atrapar en las redes de esta maravillosa afición a unos incautos como ellos.

Antes de empezar estoy profundamente nervioso y empiezo a dudar. ¿Los he prevenido? ¿Lo van a disfrutar? ¿Se aburrirán a los quince minutos? ¡¿A los cinco?!

Me siento en la mesa mientras ellos se ponen al día de sus vidas. Las patatas y aceitunas corren sin control. Apenas prestan atención a las fichas o los dados… Increíble.

Pongo en orden mis cosas. Los miro y al rato me devuelven la mirada. Se hace el silencio.

Expectación.

Las palabras comienzan a salir poco a poco…

3 horas más tarde.

Me tiro al sofá, exhausto física y mentalmente. Procedo a descansar en los brazos de mi pareja. Me dice que les ha encantado.

¿Cómo es posible? ¿Os gustaría saber más de este eterno narrador?

El eterno narrador
Imagen realizada con Midjourney

Podéis encontrar más entradas en el blog del ContemplaRol. https://blog.contemplarol.com/blog/

Comentad si queréis seguir disfrutando de…

Nuestro querido narrador Arturo

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